EL PAN NUESTRO DE CADA DIA
UNA CONTRIBUICIÓN A LA MESA
TRANSFERENCIA Y CULTURA*
por
Luiz-Olyntho Telles da Silva
[Uds.] tienen el incuestionable
derecho de conocer este
aspecto [del Psicoanálisis
atinente a la transferencia].
Todavía, no lo
diré [...], pero insistiré para que lo
descubran por sí
mismos.
SIGMUND FREUD, Conf.
XXVII.
Destrucción de
palabras y de los significados, reino
del silencio; pero igualmente,
palabra en busca de la
Palabra. No faltará
quien encoja los hombros ante esta
‘locura’. Con todo, desde
hace más de un siglo, algunos
espíritus solidarios,
entre los más altos y ricos en dones
que ajan visto ojos de
hombre, no tienen vacilado en
consagrar sus vidas a
esta empresa insensata.
OCTAVIO PAZ, Corrente
alternada.
Pausaniou Pausmenou.(1)
PLATON, El Banquete.
I
La descubierta de la importancia de la transferencia
para el tratamiento psicoanalítico es una de las primeras que fueron
hechas por Freud y el ya la menciona en los Estudios sobre la Histeria,
de 1895.
Después Freud reconoce que si no distinguimos
una gradación en este concepto, de mucho él no nos sirve
y discierne la transferencia positiva de una negativa, vendo en el análisis
de la negativa la forma apropiada para el proseguimiento de una análisis.
Es a través de la forma negativa que aparecen las fuentes eróticas.
El ‘negativo’ que aparece acá está
marcado fundamentalmente por la topología freudiana: el erótico
negado es correlato de lo reprimido, propio de la Verdrängung,
de la represión constituyente del inconsciente.
Cuando Freud aborda La dinámica de
la represión, luego de inicio él dice que lo que es transferido
al analista es un (o diversos) cliché(s), construido por su modo
propio de conducirse en la vida erótica, y el sujeto se utiliza
de este Klischee de forma repetida en el decorrer de la vida. Lacan
va desplegar desde ahí su lógica del fantasma. Y si este
cliché tiene necesidad de ser recalcado, es posible que posamos
detectar también ahí una marca de la moral. Hay una transferencia
superior y otra inferior.
Si hablar de transferencia es hablar de amor,
entonces Freud nos habla de dos amores. Sirvo [a Eros] porque me sirve,
dice Freud.
II
Es así también que Lacan se refiere
al amor tomando por base El Banquete de Platón. Partiendo
de un único amor, con sus dos posiciones amorosas, conforme la descripción
de Fedro, la del amante y la del amado, donde el destaque es constituido
por la mudanza de posición, Lacan pasa al elogio de los dos amores
elegidos por Pausanias. Se trata de un elogio interesante. Solamente se
puede entenderlo aprés coup, como Kojève enseña
a Lacan, por el efecto que esta loa causa en el orador siguiente, lo cómico
Aristófanes: por haber pasado todo el tiempo de la exposición
riéndose, él cae en un sollozo que llega a las rayas del
estornudo.
El elogio de Pausanias, lo tendrán presente,
parte del presupuesto de la existencia de dos Afrodites, quiere decir,
dos diosas de la fecundidad y, por consecuencia, dos amores, una vez que
no existe Afrodite sin amor.
Una de ellas, la más antigua, es celeste,
superior, resultante de la lluvia de sangre y esperma que cae de la castración
de Urano, por Cronos, sobre la mar. De este espumarajo, de esta ajroV,
nace Afrodite, sin el concurso de la mujer. Ella es conocida como Afrodite
Urania. El amor que su hijo Eros inspira es también superior, quiere
decir que se trata del amor de los hombres por los hombres. Es el amor
que, desligando-se de la belleza del cuerpo, eleva-se a la belleza del
alma.
La otra es hija de Zeus y de la Titán Dione, quiere decir,
del hombre y de la mujer, luego: ¡inferior! Esta es la Afrodite popular,
conocida como Pandemia, venerada por “todo el pueblo” (Pandemos).
El amor que su hijo Eros inspira es un amor mezclado, del hombre por la
mujer. Lacan - atento al efecto paranomasico – la llama de la Grande
Pendarde, la pandera, bribona, bellaca, trampista y subraya su impotencia
en alcanzar a la otra.
Muy bien, ¿y que hay de tan irrisorio
en todo esto?
Claro, tenemos este hallado que aparece con
la luz de Kojève: la repetición significante mencionada por
Lacan en la elocución de Erixímaco, cuando trata de calmar
Aristófanes. Se trata de cinco variaciones del verbo Paúsomai
(hacer cesar), a las cuales él
acrecienta el juego de palabras al estilo gorgiano, empleado por Aristodemo,
el conocido pausaniou pausamenou
cujas isokolia, paranomasia e homoioteleuton tienen dado lo que pensar.
¿Y eso será todo?
Si nosotros estamos de acuerdo con el concepto
freudiano de transferencia negativa, pienso que la Afrodite que nos va
a interesar será básicamente la Pandemia, inspiradora
de los amores carnales, eróticos.
Adentremos pues en este nombre. Vimos que tenia
su origen en el pueblo, dhmos,
y en Pan,
el todo. Pues el prefijo de este nombre se confunde (salvo un discreto
acento) con el dios de los pastores e dos rebaños Pan,
(Pan). Lo que me pareció interesante es que este dios es conocido
por su insaciable actividad sexual: cuando no está atrás
de las ninfas, está persiguiendo los muchachos o, cuando no encontra
nada, se satisface consigo mismo. Se podría decir que es en Pan
donde vemos más claramente la acción de Eros o mismo, quien
sabe, que Pan sea la encarnación de Eros. Si nosotros tomamos en
cuenta sus respectivas genealogías, vemos que en Pan ya no se puede
aplicar el aforismo latino que reza: madre certa, pater incertus.
¡En pan todo es incierto! No obstante en general sea tomado como
hijo de Hermes y Dríope, Pan por veces macula el honor mismo de
la casta Penélope que lo tendría tenido como fruto de un
escape con Hermes, o aún que tendría sido engendrado como
resultado de sus amores con ‘todos’ los pretendientes suyos durante la
ausencia de Ulises. Pero las hipótesis sobre su progenie no terminan
ahí: entre ellas encontramos que puede haber sido hijo mismo de
Urano e Gea, los mismos que en el elogio de Fedro dieran origen a Eros.
Así que, si Eros y Pan no son lo mismo, al menos hermanos podrían
ser, y nosotros ya no podemos alejarlo de la etimología de
la Afrodite Pandemia.
Yo diría que es la insistencia del significante
que nos lleva a valorizar la presencia de Pan, la presencia de lo sexual
en el discurso.
III
Hay, con todo, al menos más una insistencia
significante en el discurso de Pausanias, destacado también por
Lacan en el Seminario de la Transferencia, aunque él no la tenga
señalado. Se trata de la citación de la parte final del elogio,
la que está en 185 a y b. Lo que insiste ahí
es la cuestión del engaño, la cuestión de la apate.
Pausanias dice que cuando el amado concede favores al amante, buscando
con esto pasar a una posición superior, mismo que se engañe
con el amante que venga a se revelar kakós, quiere decir,
malo y sin mérito, es “bello ser engañado”. Platón
repite ahí más de una vez la expresión exapatetheie
(fuera engañado), del verbo exapatao (engañado completamente)
derivado de la apáte, para después cerrar el párrafo
con este homos kalé he apáte (es bello ser engañado).
Pues lo que me parece es que el analisante
precisa estar abierto a un engaño de este tipo, sin lo cual no habrá
transferencia. El analista, por su vez, en el lugar de SsS, mientras ocupa
un lugar de semblante, también precisa se someter a este engaño,
quien sabe leyendo de modo anagramático la apáte,
al revés, como una ‘etapa’ necesaria para que el analisante pueda
alcanzar “aquel lugar que tendría alcanzado si las mejores condiciones
le hubieran sido dadas”.
CODA
Cuando James Joyce opone, en Finnegans Wake,
los dos hermanos, Shaun e Shem, lo iluminado que hace las cosas ciertas
y lo que es expulso de la casa y hace siempre todo errado, la idea
primera con la cual uno se queda es de que esta separación, así
como la de las Afrodites, está decidida. Sin embargo, el principio
que rige al Finnegans Wake es viconiano: ¡La vida es circular! Se
trata todavía de un círculo abierto, donde el fin no atinge
el principio, el hombre no alcanza la mujer, las tinieblas no alcanzan
a la luz, el infierno no alcanza al cielo.
Por otro lado, ¿cómo imaginar,
por ejemplo, el caballero de la triste figura – descrito por Joyce como
tristiest cabaleer (Libro II, cap. 9, 234,3) y donkey shot (234,4)
– separado de Sancho Panza?
Sin Showpanza es un Buda iluminado que
corre por el mundo with eyes whiteopen, i.e., de ojos abiertos,
aunque ciego.
Tristiest cabaleer es Don Quijote, pero
es también el caballero de Trieste, es el escritor, es James Joyce
que escribe esta cosa enrevesada que nadie lo entiende, y, finalmente,
también somos nosotros, mientras hombres de ciencia, de la cultura,
que con cada palabra interpuesta más nos alejamos de la luz, la
cual sigue, mismo así, sino como una heliotropia referencia, al
menos como una referencia heliotrôpezosa.
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